Macaria empezó a pintar toros y toreros como un reto, ya que le resultaban muy
difíciles de pintar. Desde que era pequeña visitaba los toros con su padre en la
Plaza de las Ventas. Ese recuerdo lo inunda en sus obras. El traje de luces es uno de
los aspectos más difíciles para ella. Ha pasado fotografías que estaban en blanco y
negro a color.